Por Diana Carolina Alfonso
Colombia es uno de los países en
Latinoamérica que más expulsa población, tanto internamente como
hacia el exterior. Uno de cada diez colombianos reside en el
extranjero según cifras de la cancillería del país.
Amarga sorpresa se llevaron
muchxs colombianxs que se acercaron a las cancillerías en los países
de residencia para votar en el plebiscito por la paz, al comprobar
que su derecho a la participación política había sido cercenado
por la incapacidad previsora de las autoridades migratorias y del
gobierno nacional. Para el desarrollo del proceso no se contempló la
posibilidad de inscripción de cédulas, solo siendo permitido el
derecho al voto a quienes habían participado en las elecciones del
2014. Además no hubo información clara en las páginas institucionales de los consulados.
A mediados del año los distintos
equipos de campaña del plebiscito a nivel mundial llevaron adelante
derechos de petición que fueron rechazados por la Registraduría y
el Consejo de Estado, limitando la participación de los casi tres
millones de colombianxs habilitadxs para votar, residentes en el
extranjero. Según Alex Trujillo, miembro de Colombianos y
colombianas por la paz – Argentina, de esos tres millones tan solo
habrían podido ejercer su derecho al voto un 10%, número alarmante
si se tiene en cuenta que el resultado del plebiscito falló a favor
de la opción por el No a la paz, por tan solo cincuenta mil votos de
ventaja aproximadamente.
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